El pasado 5 de julio de 2015, en una playa de Criccieth, Reino Unido, un perro llamado Leia encontró un delfín bebé que al parecer había sido arrastrado hacia la orilla, quedando varado, sin poder volver al mar, con el serio riesgo de morir por estar expuesto tanto tiempo fuera del agua. Gracias a los ladridos del perro, los dueños de este que estaban tomando imágenes de la playa en otro lugar, pudieron llegar hasta el delfín y ayudarlo a que volviese al mar.
Además dieron aviso a la guardia costera, que informó al equipo de ciencia marina para que hicieran un seguimiento de la costa por si volvía a aparecer el pequeño delfín.
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