Vídeo noticia: Acción Greenpeace señala con una flecha gigante la vieja central nuclear de Almaraz



 A primera hora de la mañana de hoy jueves 10 de Noviembre, una veintena de activistas de Greenpeace a bordo de embarcaciones han desplegado una enorme flecha flotante de 200 metros de longitud y 500 m2 en el embalse de la central nuclear de Almaraz (Cáceres), a pocos metros de la planta, para señalar al Gobierno Español que esta central debe ser la siguiente en cerrar después de Santa María de Garoña (Burgos).

La central nuclear de Almaraz cumplirá los 40 años de vida operativa en 2020, cuando caduque su actual licencia de explotación. Por ello los activistas de la organización ecologista, bajo el lema “Central de Almaraz, siguiente en cerrar” y “Ni una licencia más” piden al Gobierno con su acción de denuncia pacífica que no dé ninguna nueva licencia de explotación nuclear más y dejen de producir más residuos radiactivos. La instalación es propiedad de Iberdrola (52,7%), Endesa (36,0%) y Gas Natural Fenosa (11,3%).
La organización ecologista apunta que el cierre progresivo de las centrales nucleares españolas es una cuestión ineludible, lo mismo que la gestión permanente de sus residuos radiactivos, aunque recuerda que también supone una oportunidad económica, que el recién constituido Gobierno debe abordar cuanto antes y de la forma más responsable posible. España cuenta con un parque nuclear envejecido y en los próximos ocho años habrán caducado todas las licencias de explotación de las centrales nucleares, con 38 años de media de vida útil. Además el actual Plan de Gestión de Residuos Radiactivos está obsoleto y los fondos para financiarlo son muy escasos.
Greenpeace publicó recientemente el informe "El inevitable cierre de las centrales nucleares españolas: una oportunidad económica y social", donde se pone de manifiesto que el impacto económico de las actuaciones ligadas al desmantelamiento, la gestión de los residuos y la sustitución de la energía nuclear por otras fuentes supondrá la creación neta de unos 300.000 empleos, de los que 100.000 corresponden al desmantelamiento de las nucleares y 200.000 empleos a la instalación de nueva potencia renovable. Además, implicaría un aumento del PIB de unos 20.000 millones de euros. El informe se basa en el exhaustivo estudio elaborado por la consultoría independiente Abay Analistas Económicos y Sociales para la organización ecologista.
Según declarado Raquel Montón, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace: “El nuevo Gobierno, con el ministro de Industria al frente, no puede eludir la cuestión del cierre progresivo de las nucleares y debe hacerlo con urgencia. El reto no solo es cerrar las obsoletas instalaciones nucleares de manera ordenada para evitar riesgos mayores, sino asegurar la financiación para su desmantelamiento y la gestión de sus residuos radiactivos, porque sería vergonzoso dar más licencias para que las grandes eléctricas sigan ganando más y pagar de nuestro bolsillo el coste del desmantelamiento de sus nucleares y de sus residuos de por vida", ha añadido Montón.

-Fuente: Nota de prensa de Greenpeace.-

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